El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó allí, le dijo: “Había una vez dos hombres que vivían en la misma ciudad. Uno era rico y el otro pobre.
2 Samuel 24:11 - Versión Biblia Libre Cuando David se levantó por la mañana, el Señor había enviado un mensaje al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana siguiente, la palabra del Señor vino al profeta Gad, quien era el vidente de David, y le dio este mensaje: Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, mientras David se levantaba, la palabra de Yavé fue dirigida al profeta Gad, el vidente de David: La Biblia Textual 3a Edicion Cuando David se levantó por la mañana, la palabra de YHVH fue al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando se levantó David por la mañana, la palabra de Yahveh le había sido dirigida al profeta Gad, vidente de David, diciéndole: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: |
El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó allí, le dijo: “Había una vez dos hombres que vivían en la misma ciudad. Uno era rico y el otro pobre.
“Ve y dile a David que esto es lo que dice el Señor: ‘Te doy tres opciones. Elige una de ellas, y eso es lo que haré contigo’”.
Cuando Azuba murió, Caleb tomó a Efrat para que fuera su esposa, y ella le dio a luz a Hur.
Todos estos hijos de Hemán, el vidente del rey, le fueron dados por las promesas de Dios de honrarlo, pues Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.
Todo lo que hizo el rey David, desde el principio hasta el final, está escrito en las Actas de Samuel el Vidente, las Actas de Natán el Profeta y las Actas de Gad el Vidente.
Ezequías hizo que los levitas estuvieran de pie en el Templo del Señor con címbalos, arpas y liras, siguiendo las instrucciones de David, de Gad, el vidente del rey, y de Natán, el profeta. Las instrucciones habían venido del Señor a través de sus profetas.
Pero entonces el profeta Gad le dijo a David: “No te quedes en la fortaleza. Vuelve a la tierra de Judá”. Así que David se marchó y se dirigió al bosque de Haret.
(Antiguamente, en Israel, alguien que iba a consultar a Dios decía: “Ven, vamos a ver al vidente”, porque a los profetas se les solía llamar videntes).