En el decimocuarto año, Querdolaómer los invadió junto con sus reyes aliados. Vencieron a los refaítas en Astarot Carnayin, a los zuzitas en Jam, a los emitas en Save Quiriatayin,
2 Samuel 21:16 - Versión Biblia Libre Isbi-benob, uno de los descendientes de Refa, cuya lanza de bronce pesaba trescientos siclos, y que llevaba una espada nueva, dijo que iba a matar a David. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; Biblia Nueva Traducción Viviente Isbi-benob era un descendiente de los gigantes; la punta de bronce de su lanza pesaba más de tres kilos, y estaba armado con una espada nueva. Había acorralado a David y estaba a punto de matarlo. Biblia Católica (Latinoamericana) En un momento en que David estaba cansado, trató de matarlo un descendiente de Rafá, llamado Isbó-Benob. Llevaba una lanza de bronce que pesaba trescientos siclos (tres kilos y medio) y tenía además una espada nueva. La Biblia Textual 3a Edicion E Isbi-benob, que era uno de los hijos de Rafah,° cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y estaba ceñido con una espada° nueva, se dispuso a matar a David. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Yisbi, hijo de Nob, descendiente de Rafá, que llevaba una lanza de bronce de trescientos siclos de peso, y que iba ceñido de una espada nueva, dijo que iba a matar a David. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E Isbibenob, que era de los hijos del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido de una espada nueva, trató de matar a David; |
En el decimocuarto año, Querdolaómer los invadió junto con sus reyes aliados. Vencieron a los refaítas en Astarot Carnayin, a los zuzitas en Jam, a los emitas en Save Quiriatayin,
Y en esos días había gigantes en la tierra, y aún después los hubo también. Estos nacieron después de que los hijos de Dios se acostaran con las hijas de este pueblo. Sus hijos se volvieron grandes guerreros y hombres de renombre en la antigüedad.
Algún tiempo después hubo otra batalla con los filisteos en Gob. Pero entonces Sibecai el husatita mató a Saf, uno de los descendientes de Refa.
En otra batalla en Gat, había un hombre gigantesco, que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, haciendo un total de veinticuatro. También él descendía de los gigantes.
Estos cuatro eran los descendientes de los gigantes de Gat, pero todos murieron en manos de David y de sus hombres.
Atravesaron el Néguev y llegaron a Hebrón donde vivían Ahiman, Seshai y Talmai, los descendientes de Anac. Esta ciudad fue construida siete años antes que la ciudad egipcia de Zoán.
Pero la gente que vive allí es fuerte, y sus pueblos son grandes y tienen muros defensivos. También vimos algunos descendientes de Anac allí.
¿Adónde vamos? Nuestros hermanos nos aterrorizaron porque nos dijeron: ‘La gente es más grande y alta que nosotros; los pueblos son grandes, con altos muros que llegan hasta el cielo. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac allí!’”
(Un pueblo fuerte y numeroso llamado los Emim vivió una vez allí. Ellos eran tan altos como los anaceos,
y al igual que los anaceos, también fueron considerados como Refaim, pero los moabitas los llamaron Emim.
Eran un pueblo fuerte y numeroso, tan alto como los descendientes de Anac. Pero el Señor los destruyó cuando los amonitas los invadieron y los expulsaron y se establecieron allí,
(Sólo Og, rey de Basán, quedó de la raza de los Refaim. Tenía una cama de hierro de nueve codos de largo y cuatro de ancho. Todavía está en la ciudad amonita de Rabá).
Los habitantes del paísson fuertes y altos; son los descendientes de Anac. Todos ustedes los conocen y han oído el dicho: “¿Quién podría derrotar a los hijos de Anac?”
y no quedaron descendientes de Anac en la tierra de Israel, sólo algunos en Gaza, Gat y Asdod.
Caleb expulsó a tres grupos familiares: Sesay, Ajimán y Talmai, descendientes de Anac.
El asta de su lanza era tan gruesa como una viga de tejedor, con una punta de hierro que pesaba seiscientos siclos. Su escudero caminaba delante de él llevando su escudo.