Pero Amasa estaba allí, tendido en su sangre en medio del camino principal. Cuando el hombre vio que todo el mundo se detenía a mirar, sacó el cuerpo del camino a un campo y arrojó un paño sobre él.
2 Samuel 20:11 - Versión Biblia Libre Uno de los hombres de Joab se puso al lado de Amasa y le gritó: “Si están del lado de Joab y de David, ¡vengan y siguan a Joab!”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y uno de los hombres de Joab se paró junto a él, diciendo: Cualquiera que ame a Joab y a David, vaya en pos de Joab. Biblia Nueva Traducción Viviente Uno de los jóvenes de Joab les gritó a las tropas de Amasa: «Si están a favor de Joab y David, vengan y sigan a Joab». Biblia Católica (Latinoamericana) Le pidieron a uno de los compañeros de Joab que se quedara al lado del cuerpo de Amasa; él decía: '¡Los que están por David y aman a Joab, sigan a Joab!' La Biblia Textual 3a Edicion Y allí cerca estaba uno de los mozos de Joab, que dijo: ¡Quien favorezca a Joab y el que esté por David, que siga a Joab! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se quedó junto a Amasá uno de los criados de Joab, que gritaba: '¡Quien sea partidario de Joab y esté por David, que siga a Joab!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y uno de los hombres de Joab se paró junto a él, y dijo: Cualquiera que ame a Joab y a David vaya en pos de Joab. |
Pero Amasa estaba allí, tendido en su sangre en medio del camino principal. Cuando el hombre vio que todo el mundo se detenía a mirar, sacó el cuerpo del camino a un campo y arrojó un paño sobre él.
Una vez que el cuerpo de Amasa estuvo fuera del camino, todos los hombres siguieron a Joab en busca de Sabá.
Esa no es la intención. Pero un hombre llamado Seba, hijo de Bicri, de la región montañosa de Efraín, se ha rebelado contra el rey, contra David. Entrega a este hombre y me retiraré de la ciudad”. “Bien”, respondió la mujer, “su cabeza será arrojada por encima del muro para ti”.
Entonces el rey ordenó a Amasa: “Convoca al ejército de Judá. Haz que vengan a mí dentro de tres días, y ven tú también”.
Jehú miró hacia la ventana y gritó: “¿Quién está de mi lado? ¿Alguien?” Dos o tres eunucos lo miraron.