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2 Samuel 19:20 - Versión Biblia Libre

Yo, tu siervo, reconozco que he pecado. Pero ¡mira! Hoy soy el primero de las tribus de José que baja a recibir a Su Majestad”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque yo tu siervo reconozco haber pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a mi señor el rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Estoy consciente de cuánto he pecado. Es por eso que he venido aquí este día, siendo el primero en todo Israel en recibir a mi señor el rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dijo al rey: 'Olvide mi señor mi falta, y no me guarde rencor. Olvídese del mal que tu servidor hizo al señor mi rey, el día en que salía de Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque tu siervo sabe que ha pecado; por eso, he aquí que he venido hoy, el primero de toda la casa de José, para bajar al encuentro de mi señor el rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y le dijo: '¡No tenga en cuenta, mi señor, mi falta, ni hagas memoria de la iniquidad que cometió tu siervo el día en que el rey, mi señor, salía de Jerusalén! ¡No lo guarde el rey en su corazón!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

porque yo tu siervo reconozco haber pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a mi señor el rey.

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Otras versiones



2 Samuel 19:20
12 Referencias Cruzadas  

Pero cuando Israel extendió sus manos, las cruzó y colocó su mano derecha sobre Efraín, el hijo menor, y colocó la izquierda sobre Manasés, el primogénito.


Así que Israel los bendijo ese día y dijo: “En el futuro, el pueblo de Israel usará sus nombres para dar una bendición, diciendo: ‘Que Dios los bendiga como lo hizo con Efraín y Manasés’”. Al decir esto, puso a Efraín antes que a Manasés.


Cuando el rey David llegó a la ciudad de Bahurim, un hombre de la familia de Saúl estaba saliendo. Se llamaba Simei, hijo de Gera, y gritaba maldiciones al llegar.


Abisai, hijo de Sarvia, dijo: “¿No debería ser ejecutado Simei por esto, por haber maldecido al ungido del Señor?”


Todos entre las tribus de Israel discutían entre sí, diciendo: “El rey nos rescató de la persecución de nuestros enemigos, nos salvó de los filisteos, pero ahora ha tenido que huir del país por culpa de Absalón.


Cuando todos los israelitas se enteraron de que Jeroboam había regresado, enviaron a buscarlo, lo convocaron a la asamblea y lo nombraron rey de todo Israel. Sólo la tribu de Judá quedó en manos de la casa de David.


Jeroboam fortaleció la ciudad de Siquem en la región montañosa de Efraín y vivió allí. Desde allí fue y construyó Penuel.


Tú que vives en el “Líbano” en tu nido de cedro, cuánto vas a gemir cuando los dolores agónicos te golpeen como a una mujer de parto.


Entonces me iré y volveré de donde vine, hasta que reconozcan sus faltas, y en su desesperación busquen mi rostro y supliquen mi ayuda”.


Yo conozco muy bien a Efraín, e Israel no puede esconderse de mi, porque ahora Efraín es una prostituta e Israel se ha contaminado.