Entonces bebió del vino que produjo su viñedo, se emborrachó y se quedó dormido desnudo en su tienda.
2 Samuel 13:28 - Versión Biblia Libre Absalón les dio órdenes a sus hombres, diciendo: “¡Atención! Cuando Amnón se sienta contento por haber bebido vino y yo les diga: ‘¡Ataquen a Amnón!’, entonces mátenlo. No tengan miedo. Yo mismo se los orderno. Sean fuertes y valientes”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Absalón había dado orden a sus criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón, entonces matadle, y no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes. Biblia Nueva Traducción Viviente Absalón les dijo a sus hombres: —Esperen hasta que Amnón se emborrache; entonces, a mi señal, ¡mátenlo! No tengan miedo. Yo soy quien da la orden. ¡Anímense y háganlo! Biblia Católica (Latinoamericana) y dio esta orden a sus muchachos: 'Cuando Amnón esté borracho, les diré: ¡Denle a Amnón! E inmediatamente lo matarán. No teman nada, pues yo soy quien se lo ordena. ¡Animo, no se acobarden!' La Biblia Textual 3a Edicion Y Absalón ordenó a sus siervos, diciendo: Observad cuando el corazón de Amnón esté alegre por causa del vino, y yo os diga: ¡Herid a Amnón!, entonces lo mataréis. No temáis ¿Acaso no os lo ordeno yo? ¡Esforzaos y sed hijos de valor! Biblia Serafín de Ausejo 1975 y dio a sus criados esta orden: '¡Estad atentos! Cuando el corazón de Amnón se haya alegrado con el vino y yo os diga: 'Herid a Amnón, matadlo', no temáis. ¿No soy yo quien os lo manda? ¡Tened ánimo y sed valientes!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Absalón había dado orden a sus criados, diciendo: Mirad; cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y cuando yo os diga: Herid a Amnón, entonces matadle, no temáis; ¿No os lo he mandado yo? Esforzaos, pues, y sed valientes. |
Entonces bebió del vino que produjo su viñedo, se emborrachó y se quedó dormido desnudo en su tienda.
David invitó a Urías a cenar. Urías comió y bebió con él, y David emborrachó a Urías. Pero por la noche se fue a dormir en su estera con los guardias del rey, y no volvió a casa.
En la carta, David le decía a Joab: “Pon a Urías justo al frente, donde la lucha es peor, y luego retrocede detrás de él para que lo ataquen y lo maten”.
Por ello tus descendientes siempre se enfrentarán a la espada porque me has despreciado y robaste la mujer de Urías’.
“Su Majestad, yo tenía dos hijos. Se pelearon fuera, y no había nadie para detenerlos. Uno de ellos golpeó al otro y lo mató.
Partieron al mediodía, mientras Ben Adad y los treinta y dos reyes que lo acompañaban estaban ocupados emborrachándose en sus tiendas.
El séptimo día del banquete, el rey, sintiéndose feliz por haber bebido vino, ordenó a los siete eunucos que eran sus asistentes, Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas,
y vino para hacerlos felices, aceite de oliva para hacer resplandecer sus rostros, y pan para hacerlos fuertes.
Entonces el rey de Egipto llamó a las parteras y les preguntó: “¿Por qué han hecho esto, y han dejado vivir a los niños varones?”
Una buena comida trae placer; el vino hace la vida agradable; el dinero cubre todas las necesidades.
Así que adelante, coman su comida y disfrútenla. Bebe tu vino con un corazón feliz. Eso es lo que Dios quiere que hagas.
Ellos se enredan como los que quedan atrapados en medio de arbustos con espinas; como borrachos que han bebido y se han embriagado. Serán quemados por completo como la paja seca.
“Estén alerta para que no se distraigan en fiestas o emborrachándose o por las preocupaciones de esta vida, y entonces este día los tome por sorpresa como si fuera una trampa.
Pero Pedro y los apóstoles respondieron: “Necesitamos obedecer a Dios antes que a los hombres.
No te olvides lo que te dije: ¡Sé fuerte! ¡Sé valiente! ¡No tengas miedo! ¡No te desanimes! Porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”.
Mientras se divertían, llegaron unos depravados del pueblo, rodearon la casa y golpearon la puerta, gritando al anciano dueño de la casa: “Saca al hombre que vino a quedarse en tu casa para que tengamos sexo con él”.
Así que los dos hombres se sentaron a comer y beber juntos. El padre le dijo a su yerno: “¡Accede a pasar otra noche aquí, y podrás disfrutar!”
Cuando se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro le dijo: “Mira, es tarde, ya es de noche. Pasa la noche aquí. El día está a punto de terminar. Quédate aquí la noche y diviértete, y mañana podrás levantarte temprano y volver a casa”.
Cuando Booz terminó de comer y beber, y se sintió satisfecho, fue a acostarse junto al montón de grano. Rut se acercó tranquilamente a él, le descubrió los pies y se acostó.
Saúl les dio estas instrucciones a sus siervos: “Hablen con David en privado y díganle: ‘Mira, el rey está muy contento contigo y todos te queremos. ¿Por qué no te conviertes en el yerno del rey?’”
Saúl le hizo un juramento por el Señor: “Vive el Señor, no serás considerada culpable por hacer esto”.
“No te asustes”, le dijo el rey. “¿Qué ves?” “Veo un dios que sale de la tierra”, respondió la mujer.