“No, hijo mío”, respondió el rey, “no podemos ir todos. Seríamos una carga para ti”. Aunque Absalón insistió, David no estuvo dispuesto a ir, pero le dio a Absalón su bendición.
2 Samuel 13:26 - Versión Biblia Libre “Pues entonces, al menos deja que mi hermano Amnón nos acompañe”, respondió Absalón. “¿Por qué quieres que vaya?” , preguntó el rey. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo Absalón: Pues si no, te ruego que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió: ¿Para qué ha de ir contigo? Biblia Nueva Traducción Viviente —Bien —le dijo al rey—, si no puedes ir, ¿por qué no envías a mi hermano Amnón con nosotros? —¿Por qué a Amnón? —preguntó el rey. Biblia Católica (Latinoamericana) Absalón le dijo entonces: '¡De acuerdo, pero al menos acepta que venga conmigo mi hermano Amnón'. El rey le respondió: '¿Por qué tiene que ir contigo?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Absalón dijo: Si no, te ruego que venga con nosotros mi hermano Amnón. Y el rey le dijo: ¿Por qué ha de ir contigo? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dijo entonces Absalón: 'Pues al menos, que venga con nosotros mi hermano Amnón'. A lo que respondió el rey: '¿Para qué ha de ir contigo?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo Absalón: Si no, te ruego que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió: ¿Para qué ha de ir contigo? |
“No, hijo mío”, respondió el rey, “no podemos ir todos. Seríamos una carga para ti”. Aunque Absalón insistió, David no estuvo dispuesto a ir, pero le dio a Absalón su bendición.
“¿Cómo estás, hermano mío?” preguntó Joab a Amasa. Joab tomó a Amasa por la barba con su mano derecha para besarlo.
Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte a la puerta de la ciudad, como si fuera a hablar con él en privado. Pero Joab lo apuñaló en el vientre, matándolo en venganza por haber matado a Asael, el hermano de Joab.
Lo que dice es tan suave como la mantequilla, pero por dentro él solo planea guerra; sus palabras son tan calmantes como el aceite, pero cortan como espadas afiladas.
Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Mira, voy a probarlos y a purificarlos como el metal en un horno. ¿Qué más puedo hacer por lo que ha hecho mi pueblo?