La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Samuel 11:3 - Versión Biblia Libre

David envió a alguien a averiguar sobre la mujer. Le dijeron: “Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita”.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego envió a alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

David preguntó por la mujer y le respondieron: 'Es Betsabé, hija de Eliam, la esposa de Urías el hitita'.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y David envió a indagar acerca de la mujer, y uno dijo: ¿No es ésta Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo?

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mandó averiguar quién era aquella mujer, y le dijeron: 'Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías, el hitita'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquélla es Betsabé hija de Eliam, esposa de Urías heteo.

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Samuel 11:3
10 Referencias Cruzadas  

pero el pobre no tenía más que una pequeña oveja que había comprado. La cuidó y creció con él y con sus hijos. Comía de su plato y bebía de su copa. Dormía en su regazo y era como una hija para él.


Elifelet, hijo de Ahasbai, hijo del maacateo; Eliam, hijo de Ahitofel, de Gilo,


y Urías el hitita, para un total de treinta y siete.


Porque David había hecho lo que era justo ante los ojos del Señor, y no se había desviado de nada de lo que el Señor había ordenado durante toda su vida, excepto en el caso de Urías el hitita.


Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ahlai;


y estos fueron los hijos que le nacieron allí: Samúa, Sobab, Natán y Salomón. La madre de ellos fue Betsabé, hija de Ammiel.


No dejes que tu mente codicie su belleza, y dejes que te hipnotice con sus pestañas.


Son como sementales viriles con ganas de sexo, cada uno de ellos relinchando de lujuria tras la mujer de su vecino.