Permítanme comenzar diciendo que agradezco a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque en todo el mundo se habla acerca de la forma en que ustedes creen en Dios.
2 Corintios 3:2 - Versión Biblia Libre Ustedes son nuestra carta de recomendación, escrita en nuestros corazones, la cual todo el mundo conoce y puede leer. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; Biblia Nueva Traducción Viviente La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación; es una carta escrita en el interior de las personas pero que todos pueden leer y entender. La Biblia Textual 3a Edicion Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nuestra carta sois vosotros: escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, sabida y leída de todos los hombres; |
Permítanme comenzar diciendo que agradezco a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque en todo el mundo se habla acerca de la forma en que ustedes creen en Dios.
Por medio de la gracia que Dios me dio, yo puse el fundamento como un supervisor calificado en obras de edificación. Ahora alguien más construye sobre ese fundamento. Quien hace la construcción debe vigilar lo que esté haciendo.
Gustosamente me gastaré y me desgastaré por ustedes. Si los amo mucho más, ¿acaso me amarán menos ustedes?
¿Acaso estamos empezando a hablar bien de nosotros mismos una vez más? ¿O necesitamos una carta de recomendación para ustedes, o de parte de ustedes, como algunos?
No lo digo para condenarlos a ustedes, pues como ya les dije, ustedes son muy importantes para nosotros, tanto, que estamos dispuestos a vivir y morir con ustedes.
Me gusta pensar de esta manera respecto a todos ustedes porque son muy importantes para mí. Aunque esté en prisión o aunque esté allá afuera predicando la buena noticia, todos ustedes comparten conmigo la gracia de Dios.
Porque ustedes han difundido el mensaje del Señor, no solo en Macedonia y Grecia, sino que en todas partes la gente ha oído de su fe en Dios, de modo que no necesitamos hablarle a nadie de ello.