“¡Con cuanta astucia ustedes han dejado a un lado la ley de Dios para poder fundamentar sus tradiciones!
2 Corintios 11:4 - Versión Biblia Libre Si alguno llega a hablarles sobre un Jesús distinto al que nosotros hemos compartido con ustedes, fácilmente ustedes concuerdan con ellos, aceptando un espíritu diferente al que han recibido, y una buena noticia distinta a la que creyeron. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; Biblia Nueva Traducción Viviente Ustedes soportan de buena gana todo lo que cualquiera les dice, aun si les predican a un Jesús diferente del que nosotros predicamos o a un Espíritu diferente del que ustedes recibieron o un evangelio diferente del que creyeron. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora vienen a predicarles a otro Jesús, no como se lo predicamos, y les proponen un espíritu diferente del que recibieron, y un evangelio diferente del que abrazaron. ¡Y lo aceptan sin dificultad! La Biblia Textual 3a Edicion Porque en verdad si el que viene proclama a otro Jesús al cual no predicamos, o recibís otro espíritu, el cual no recibisteis, u otro evangelio, el cual no aceptasteis, bien lo soportaríais. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque si uno viene y proclama otro Jesús distinto del que hemos proclamado, o aceptáis otro Espíritu distinto del que habéis aceptado, u otro evangelio distinto del que habéis recibido, lo toleráis bien. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si alguno viene y predica otro Jesús que el que os hemos predicado, o recibís otro espíritu del que habéis recibido, u otro evangelio del que habéis aceptado, bien lo toleráis. |
“¡Con cuanta astucia ustedes han dejado a un lado la ley de Dios para poder fundamentar sus tradiciones!
No hay salvación en ningún otro; no hay otro nombre debajo del cielo, dado a la humanidad, que pueda salvarnos”.
No se les ha dado un espíritu de esclavitud ni de temor una vez más. No, lo que recibieron fue el espíritu que los convierte en hijos, para que estén dentro de la familia de Dios. Ahora podemos decir a viva voz: “¡Dios es nuestro Padre!”
Porque nadie puede poner un fundamento distinto al que ya se puso en principio, es decir, Jesucristo.
Espero que puedan soportarme unas cuantas necedades más. ¡Bueno, de hecho, ya me soportan a mí mismo!
Cuando llegué a Troas para predicar la buena noticia de Cristo, el Señor puso delante de mí una oportunidad.
Díganme, entonces, ¿recibieron el Espíritu por guardar la ley o por creer en lo que habían oído?
Cuando iba de camino a Macedonia, te pedí que te quedaras en Éfeso, para que pudieras hablar con los que enseñan falsas ideas y les insistieras en que dejaran de hacerlo.
Pues hay un Dios, y un mediador entre Dios y la humanidad, el hombre Cristo Jesús.