Las palabras de verdad duran para siempre, pero las mentiras se olvidan pronto.
1 Samuel 27:11 - Versión Biblia Libre David no dejó a nadie con vida que pudiera ir a Gat porque pensó: “Podrían delatarnos y decir: ‘David hizo esto’”. Así hizo todo el tiempo que vivió en el país de los filisteos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Ni hombre ni mujer dejaba David con vida para que viniesen a Gat; diciendo: No sea que den aviso de nosotros y digan: Esto hizo David. Y esta fue su costumbre todo el tiempo que moró en la tierra de los filisteos. Biblia Nueva Traducción Viviente Nadie quedaba con vida que pudiera ir a Gat y contar dónde él había estado de verdad. Esto sucedía una y otra vez mientras vivía entre los filisteos. Biblia Católica (Latinoamericana) David no dejaba hombre ni mujer con vida, para no tener que llevarlos a Gat, pues decía: 'No sea que hablen contra nosotros y nos denuncien a los filisteos.
Así actuó David mientras vivió entre los filisteos. La Biblia Textual 3a Edicion Y David no dejaba con vida hombre ni mujer que fuera a Gat, pues decía: No sea que ellos declaren contra nosotros, diciendo: ¡Esto hizo David! Y esa fue su costumbre todo el tiempo que habitó en tierra de los filisteos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David no dejaba con vida ni a hombre ni a mujer, para no tener que traerlos a Gat. Pues pensaba: 'No sea que hablen contra nosotros y digan: 'Así ha obrado David''. Tal fue su proceder durante el tiempo que residió en tierra de filisteos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ni hombre ni mujer dejaba David con vida, que viniese a Gat, diciendo: Porque no den aviso de nosotros, diciendo: Esto hizo David. Y esta era su costumbre todo el tiempo que moró en tierra de los filisteos. |
Las palabras de verdad duran para siempre, pero las mentiras se olvidan pronto.
El temor a la gente es una trampa. Pero si confías en el Señor estarás a salvo.
Al día siguiente del asesinato de Gedalías, y antes de que nadie lo supiera,
Entonces David le dijo a Abiatar: “Yo sabía que ese día, cuando Doeg el edomita estaba allí, iba a contárselo a Saúl. Es mi culpa que toda tu familia haya muerto.
Cuando Aquis le preguntaba: “¿Dónde has estado asaltando hoy?” David respondía: “En el desierto de Judá”, o “el desierto de Jerameel”, o “el desierto de los ceneos”.
Aquis confió en David y pensaba: “Se ha hecho tan ofensivo para su pueblo, los israelitas, que tendrá que servirme para siempre”.
Habían capturado a las mujeres y a todos los demás allí, jóvenes y ancianos. No habían matado a nadie, pero se llevaron a todos con ellos al marcharse.