Por orden del rey, los mensajeros montados en los caballos de relevo del rey salieron a toda prisa. El decreto se emitió también en la fortaleza de Susa.
1 Samuel 21:8 - Versión Biblia Libre “¿Tienes aquí una lanza o una espada?” le preguntó David a Ahimelec. “No traje mi espada ni ninguna de mis armas, porque lo que el rey necesitaba que hiciera era urgente”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada ni mis armas, por cuanto la orden del rey era apremiante. Biblia Nueva Traducción Viviente David le preguntó a Ahimelec: —¿Tienes una lanza o una espada? El asunto del rey era tan urgente que ¡ni siquiera me dio tiempo de tomar un arma! Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora bien, uno de los sirvientes de Saúl se había detenido ese mismo día en el santuario de Yavé; se llamaba Doeg el edomita, y era el más importante de los pastores de Saúl. La Biblia Textual 3a Edicion Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? pues no he tomado en mi mano ni mi espada ni mis armas por cuanto la orden del rey era apremiante. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Aquel día estaba allí uno de los servidores de Saúl, detenido ante Yahveh; llamado Doeg, edomita, mayoral de los pastores de Saúl. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada ni mis armas, por cuanto el mandamiento del rey era apremiante. |
Por orden del rey, los mensajeros montados en los caballos de relevo del rey salieron a toda prisa. El decreto se emitió también en la fortaleza de Susa.
No lleven dinero, ni bolsas, ni calzado adicional, y no gasten tiempo hablando con las personas que se encuentren.
Uno de los siervos de Saúl estaba allí ese día, tratando de enmendarse con el Señor. Era Doeg el edomita, el pastor principal de Saúl.
Entonces el sacerdote respondió: “Tengo aquí la espada de Goliat, el filisteo que mataste en el Valle de Ela. Está envuelta en un paño detrás del efod. Puedes cogerla si quieres. Es el único que hay aquí”. “¡Es mejor que cualquier otra espada! Por favor, dámela”, respondió David.
Entonces David le dijo a Abiatar: “Yo sabía que ese día, cuando Doeg el edomita estaba allí, iba a contárselo a Saúl. Es mi culpa que toda tu familia haya muerto.
Doeg el edomita, que estaba allí con los oficiales de Saúl, habló diciendo: “Vi al hijo de Isaí visitar a Ahimelec, hijo de Ahitob, en Nob.