1 Samuel 20:41 - Versión Biblia Libre Después de que el muchacho se había ido, David se levantó de donde estaba, junto al montón de piedras, se tiró al suelo boca abajo y se inclinó tres veces. Entonces él y Jonatán se besaron y lloraron juntos como amigos, aunque David fue el que más lloró. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto se fue el niño, David salió de su escondite cerca del montón de piedras y se inclinó ante Jonatán tres veces, rostro en tierra. Mientras se abrazaban y se despedían, los dos lloraban, especialmente David. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando se fue, David salió de su escondite, se echó de bruces en el suelo y se inclinó tres veces. En seguida se abrazaron y lloraron un largo rato el uno sobre el otro, pero había llegado el momento de la partida para David. La Biblia Textual 3a Edicion Y tan pronto como se fue el mozo, David salió de la parte del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos, aunque David lloró más. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se fue el muchacho, y David se levantó de junto a la piedra y, cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Después se besaron uno al otro, sollozando ambos, aunque más David. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más. |
Tan pronto como Labán escuchó la noticia acerca de Jacob, salió corriendo a su encuentro. Lo abrazó y lo besó, y se lo llevó a casa. Después de que Jacob le explicó todo a Labán,
Esaú corrió hacia él y lo abrazó. Puso sus brazos alrededor de su cuello y lo besó. Los dos lloraron.
José era el gobernador del país y vendía grano a todo el pueblo de allí. Los hermanos de José fueron a él y se inclinaron ante él con el rostro en tierra.
“Sí, tu siervo, nuestro padre, sigue vivo y está bien”, respondieron, y se inclinaron en señal de respeto.
Besó a todos sus hermanos y lloró por ellos, y después de eso, sus hermanos pudieron empezar a hablar con él.
Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl. Sus ropas estaban rasgadas y traía polvo sobre la cabeza. Y cuando se acercó a David, se inclinó ante él y se postró en el suelo en señal de respeto.
¡Lloro tanto por ti, hermano mío Jonatán! ¡Eras tan querido para mí! Tu amor por mí era tan maravilloso, más grande que el amor de las mujeres.
Cuando la mujer de Tecoa fue a ver al rey, se inclinó hacia el suelo en señal de respeto y dijo: “¡Por favor, ayúdeme, Su Majestad!”
Así que todos cruzaron el Jordán primero, y luego cruzó el rey. El rey besó a Barzilai y lo bendijo, y luego Barzilai regresó a su casa.
Cuando Mefi-boset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, se acercó a David, se inclinó hacia el suelo en señal de respeto. Entonces David dijo: “Bienvenido Mefi-boset”. “Soy tu siervo”, respondió él.
Betsabé se inclinó en señal de respeto. Él le preguntó: “¿Qué es lo que quieres?” .
Entonces le dijeron al rey: “El profeta Natán está aquí”. Entonces Natán entró a ver al rey, y se inclinó con el rostro hacia el suelo.
Betsabé se inclinó con el rostro hacia el suelo, honrando al rey, y dijo: “Que tu majestad el rey David viva para siempre”.
Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó diciendo: “El Señor te ha ungido como gobernante de su pueblo elegido.
Jonatán le dio el arco y las flechas al muchacho y le dijo: “Llévatelas a la ciudad”.
“¿Por qué haces caso a la gente que dice que yo quiero hacerte daño”? preguntó David.
Cuando Abigail vio a David, se bajó rápidamente del asno y se inclinó ante él, con el rostro en el suelo.