Fue un guerrero que desafió al Señor, y es la razón por la que existe el dicho: “Como Nimrod, un poderoso guerrero que desafió al Señor”.
1 Samuel 2:17 - Versión Biblia Libre Los pecados de estos jóvenes eran extremadamente graves ante los ojos del Señor, porque estaban tratando las ofrendas del Señor con desprecio. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que el pecado de estos jóvenes era muy serio ante los ojos del Señor, porque trataban las ofrendas del Señor con desprecio. Biblia Católica (Latinoamericana) El pecado de esos jóvenes era muy grande a los ojos de Yavé porque desacreditaban la ofrenda que se hace a Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Así el pecado de los jóvenes era muy grave delante de YHVH, porque tales hombres menospreciaban las ofrendas de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así, el pecado de estos jóvenes era extremadamente grande a los ojos de Yahveh, porque atraían el descrédito sobre las ofrendas a Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová. |
Fue un guerrero que desafió al Señor, y es la razón por la que existe el dicho: “Como Nimrod, un poderoso guerrero que desafió al Señor”.
(El pueblo de Sodoma era muy perverso, y cometían pecados terribles que ofendían al Señor).
Dios vio cuán inmoral se había vuelto el mundo entero, lleno de violencia y de personas que actuaban sin ley.
Incluso sacrificó a su propio hijo como holocausto, y utilizó la adivinación y la brujería, y trató con médiums y espiritistas. Hizo mucho mal a los ojos del Señor, haciendo que éste se enojara.
He pecado contra ti, solamente contra ti. He hecho el mal ante tus ojos. Por eso, lo que dices está bien, y lo que me juzgas es correcto.
Porque Jerusalén y Judá han caído por causa de lo que dijeron e hicieron en contra del Señor, rebelándose delante de él.
Otra cosa que haces es que derramas lágrimas sobre el altar del Señor, llorando y lamentándote porque ya el Señor no presta atención a tus ofrendas o no quiere aceptarlas.
“¡Cuán grande es el desastre que sobrevendrá en el mundo por todas sus tentaciones a pecar! ¡Las tentaciones ciertamente vendrán, pero será un desastre para la persona por quien viene la tentación!
El hombre podía responder: “Déjame, primero quemar toda la grasa, y luego puedes tener toda la que quieras”. Pero el criado del sacerdote le contestaba: “No, debes dármela ahora. Si no lo haces, la tomaré por la fuerza”.
Le dije que juzgaré a su familia para siempre por los pecados que él conoce, porque sus hijos blasfemaron contra Dios y él no trató de detenerlos.