las tinieblas no fueran tinieblas para ti, y la noche sería tan brillante como el día, porque las tinieblas son como luz ante tu presencia.
1 Juan 1:5 - Versión Biblia Libre Este es el mensaje que recibimos de él y que nosotros les declaramos a ustedes: Dios es luz, y no hay ningún vestigio de oscuridad en él. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Biblia Nueva Traducción Viviente Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Este es el mensaje que hemos recibido de él y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay tinieblas. La Biblia Textual 3a Edicion Éste es el mensaje que hemos oído de Él y os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éste es el mensaje que de él hemos oído y os anunciamos: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y este es el mensaje que oímos de Él, y os anunciamos; que Dios es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas. |
las tinieblas no fueran tinieblas para ti, y la noche sería tan brillante como el día, porque las tinieblas son como luz ante tu presencia.
¡El Señor es mi luz y mi salvación! ¿Quién podrá asustarme? ¡El Señor es la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de sentirme aterrorizado?
Porque el Señor nuestros es nuestro sol y nuestro escudo, y nos da gracia y honor. El señor no retira nada bueno de aquellos que viven con rectitud.
No necesitarás la luz del sol durante el día, ni la luz de la luna por la noche, porque el Señor, tu Dios, será tu luz eterna, y tu Dios será tu gloria.
Él revela cosas profundas y misteriosas. Sabe lo que hay en las tinieblas, y la luz vive en su presencia.
Esto es lo que Juan afirmó públicamente cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y Levitas desde Jerusalén para preguntarle: “¿Quién eres tú?”
Jesús habló una vez más al pueblo, diciéndoles: “Yo soy la luz del mundo. Si me siguen, no caminarán en la oscuridad, porque tendrán la luz de la vida”.
Pues yo he recibido del Señor lo que les enseñé: el Señor Jesús, en la noche que fue entregado, tomó pan.
Él es el único inmortal, y vive en la luz inaccesible. Nadie lo ha visto nunca, ni puede hacerlo. ¡El honor y el poder eterno son suyos! Amén.
Todo lo que es bueno, todo don perfecto, viene de arriba, y desciende del Padre que hizo las luces del cielo. A diferencia de ellas, él no cambia, él no varía ni arroja sombras.
El mensaje que han escuchado desde el principio es este: debemos amarnos unos a otros.
La ciudad no necesita del sol o de la luna que brillen allí porque la gloria de Dios da la luz, pues el Cordero es su lámpara.
Y no habrá más noche, y no habrá necesidad de luz de una lámpara, o de la luz del sol, porque el Señor Dios les dará la luz. Y reinarán por siempre y para siempre.