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Lucas 8:48 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Jesús le dijo: – Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Hija —le dijo Jesús—, tu fe te ha sanado. Ve en paz».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le dijo: 'Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Él entonces le dijo: Ve en paz hija, tu fe te ha salvado.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él le dijo: 'Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Él le dijo: Hija, ten buen ánimo; tu fe te ha salvado; ve en paz.

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Otras versiones



Lucas 8:48
15 Referencias Cruzadas  

La vara de medir, no la quebrará, y el pábilo que humea, no lo apagará, hasta que triunfe la justicia;


Luego Jesús le dijo al capitán romano: – Ve tranquilo, has demostrado que tienes mucha fe, tu siervo será sanado. Y realmente su siervo sanó en aquel momento.


En ese momento, le trajeron a un paralítico acostado en una camilla y cuando Jesús vio la fe de ellos, dijo al paralítico: – ¡Ten ánimo, hijo! Tus pecados te son perdonados.


Mas Jesús dio la vuelta, vio a la mujer, y le dijo: – ¡Alégrate hija! Tu fe te ha sanado. La mujer fue sanada en aquel momento.


Jesús le dijo: – Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz y continúa libre de la enfermedad que has sufrido.


Y le dijo: – Levántate y sigue tu camino, tu fe te ha salvado.


Jesús le dijo: – ¡Recobra la vista, tu fe te ha sanado!


Pero Jesús dijo a la mujer: – ¡Tu fe te ha salvado, vete en paz!


Cuando la mujer se dio cuenta de que no pasó inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a los pies de Jesús, frente a toda la gente. Ella explicó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante.


escuchando a Pablo; quien fijó sus ojos en él y se dio cuenta que este tenía fe para ser sanado,


Y añade: “Yo los acogeré, y seré un Padre para ustedes y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso”.


Porque nosotros fuimos evangelizados con el mensaje que transforma toda la existencia humana, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto; solo que a ellos no les sirvió de nada escuchar, porque el mensaje no fue acompañado de la fe por identidad.