Abraham le contestó: “Tienen los escritos de Moisés y de los profetas; ¡que los obedezcan!”.
Lucas 4:17 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia y le entregaron el libro del profeta Isaías, lo abrió y leyó: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: Biblia Nueva Traducción Viviente Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: Biblia Católica (Latinoamericana) y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: La Biblia Textual 3a Edicion Y le fue entregado el rollo del profeta Isaías; y habiendo desenrollado° el volumen, halló el lugar donde estaba escrito: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le entregaron el libro del profeta Isaías; lo abrió y encontró el pasaje en que estaba escrito: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le fue dado el libro del profeta Isaías. Y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: |
Abraham le contestó: “Tienen los escritos de Moisés y de los profetas; ¡que los obedezcan!”.
Si el mismo David dijo en el libro de los Salmos: “Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha,
Fue a Nazaret, donde había sido criado, y cumpliendo su tradición, en el sábado entró en la sinagoga y se levantó para leer las Escrituras Sagradas;
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual me ungió para evangelizar a los pobres, me ha enviado para proclamar la libertad a los cautivos, para devolverles la vista a los ciegos, para liberar a los oprimidos;
Después cerró el libro, lo devolvió al asistente del culto y se sentó; todas las miradas en la sinagoga se dirigían a Él.
Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les pidieron a ellos: – Hermanos, si ustedes tienen alguna palabra de ánimo que pueda ayudar al pueblo, díganla.
Los que habitan en Jerusalén, junto con sus gobernantes, no reconocieron a Jesús, no entendieron las palabras de los profetas aunque las leían cada sábado, no obstante, sin darse cuenta cumplieron las Escrituras condenándolo a la crucifixión.
Pero Dios se apartó de ellos y los dejó vivir según sus propios términos, pues se pusieron a adorar a los astros y estrellas del cielo, como ha sido escrito en el libro de los profetas: “Casa de Israel, ¿acaso me ofrecieron ustedes sacrificios y ofrendas durante los cuarenta años en el desierto?