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Juan 9:18 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Los judíos no creían que él había sido ciego y ahora veía. Sin embargo, llamaron a los padres del que había sido ciego para preguntarles cómo había recuperado la vista,

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Biblia Reina Valera 1960

Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Aun así los líderes judíos se negaban a creer que el hombre había sido ciego y ahora podía ver, así que llamaron a sus padres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los judíos no quisieron creer que antes era ciego y que había recobrado la vista, hasta que no llamaran a sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero los judíos no creyeron acerca de él, que había sido ciego y había recibido la vista,° hasta que, llamando a los padres del que había recibido la vista,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los judíos se negaban a creer que este hombre había sido ciego y que había obtenido la vista, hasta que llamaron a sus padres

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero los judíos no creían de que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,

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Otras versiones



Juan 9:18
11 Referencias Cruzadas  

Abraham dijo: “Si a los escritos de Moisés y de los profetas no obedecen, tampoco le harán caso aun muerto aunque resucite”.


Este es el testimonio de Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron a sacerdotes y a levitas desde Jerusalén, con el propósito de interrogarlo, preguntándole: – ¿Quién eres tú?


¿Cómo pueden ustedes creer, si entre ustedes mismos se alaban, y no buscan la alabanza y la gloria del único Dios?


y les preguntaron: – ¿Es este su hijo, el cual ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo puede ver ahora?


Estas cosas dijeron los padres del que había sido sanado. Ellos tenían miedo a los judíos, porque ya los judíos se habían puesto de acuerdo para que si alguno confesara que Jesús era el Mesías, entonces fuese expulsado de la sinagoga.


Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que ninguno se pierda por la desobediencia, como hicieron los israelitas.