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Números 9:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Por orden del Señor todo el pueblo viajaba y por orden del Señor se detenía y acampaba.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

De esta manera los israelitas viajaban y acampaban por orden del Señor, donde él les indicaba que fueran. Permanecían en el campamento todo el tiempo que la nube se quedaba encima del tabernáculo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los hijos de Israel partían a la orden de Yavé, y acampaban a la orden de Yavé; y quedaban acampados todo el tiempo que la nube se detenía sobre la Tienda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al mandato de YHVH los hijos de Israel partían, y al mandato de YHVH acampaban. Mientras la nube permanecía sobre el Tabernáculo, ellos permanecían en el campamento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

A la orden de Yahveh partían los israelitas, y a la orden de Yahveh acampaban; y todo el tiempo que la nube estaba posada sobre la tienda permanecían acampados.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Al mandato de Jehová los hijos de Israel avanzaban; y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, ellos permanecían acampados.

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Otras versiones



Números 9:18
7 Referencias Cruzadas  

Ahora bien, por mandato del Señor, el pueblo de Israel dejó el desierto de Sin y se dirigió hasta Refidín. Pero se encontraron con que en Refidín no había agua.


Este fue su primer viaje después de que Moisés recibió las instrucciones del Señor.


Siempre sucedía así: la nube que lo cubría de día tomaba de noche aspecto de fuego.


Si la nube se detenía por largo tiempo, todos los israelitas se quedaban por largo tiempo. Pero si se detenía tan sólo por unos días, ellos sólo se quedaban esos días, porque así lo había ordenado el Señor.


A veces la nube de fuego se detenía tan sólo una noche, y a la mañana siguiente continuaba su marcha. Pero fuera de día o de noche cuando la nube se movía, el pueblo desmontaba el campamento y la seguía.


No quiero, hermanos que ignoren lo que le sucedió a nuestro pueblo siglos atrás, en el desierto. Todos estuvieron bajo la nube y todos atravesaron el mar.


Si amamos a Dios, debemos obedecerlo en todo. Desde el principio nos ordenó que siempre nos amáramos.