La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Números 17:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero el pueblo de Israel volvió a quejarse una vez más: «¡Estamos perdidos! —se lamentaron—. Cada persona que se acerca al santuario muere. ¿Es que vamos a morir todos?».

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros somos perdidos.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el pueblo de Israel le dijo a Moisés: «¡Estamos perdidos! ¡Moriremos! ¡Estamos arruinados!

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Aarón hizo como Moisés se lo había dicho, y corrió hacia la comunidad. El flagelo ya estaba azotando al pueblo. Aarón puso el incienso e hizo la expiación por el pueblo;'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los hijos de Israel clamaron a Moisés, diciendo: ¡He aquí perecemos! ¡Estamos perdidos! ¡Todos nosotros estamos perdidos!

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aarón lo tomó, como se lo había ordenado Moisés, y corrió a la asamblea, cuando ya el azote había comenzado entre el pueblo. Pero él puso incienso e hizo expiación por el pueblo.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos, perecemos, todos nosotros perecemos.

Ver Capítulo
Otras versiones



Números 17:12
8 Referencias Cruzadas  

Morimos bajo tu ira; tu enojo es como una carga muy pesada para nosotros.


Por su propia necedad el hombre puede echar a perder su vida y luego echarle la culpa al Señor.


Porque no lucharé contra ustedes para siempre, ni para siempre les mostraré mi enojo. Si así fuera, perecería todo lo que tiene vida en este mundo.


Entonces dije: «¡Esta es mi muerte! Porque soy un pecador de boca impura, miembro de una raza pecadora, de inmunda boca, y sin embargo he mirado al Rey, al Señor Todopoderoso».


Así lo hizo Moisés, conforme al mandato del Señor.


Acaso han olvidado ya las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes como algo sin importancia la disciplina del Señor ni te desalientes cuando te reprenda,