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Lucas 1:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cuando por fin salió, no podía hablar, así que se dieron cuenta de que allí había tenido una visión.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando por fin salió, no podía hablarles. Entonces, por las señas que hacía y su silencio, se dieron cuenta de que seguramente había tenido una visión en el santuario.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando finalmente salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Intentaba comunicarse por señas, pues permanecía mudo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando salió, no podía hablarles; y comprendieron que había visto° una visión en el santuario, porque les hacía señas, pero permanecía mudo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando, por fin, salió, no podía hablarles; y entonces comprendieron que había tenido en el santuario alguna visión. Él intentaba explicarse por señas, pues seguía mudo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando salió, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el templo, pues les hablaba por señas, y permanecía mudo.

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Otras versiones



Lucas 1:22
8 Referencias Cruzadas  

Yo haré que tu lengua se pegue a tu paladar para que no puedas hablar para reprenderles, pues ellos son rebeldes y tercos.


Mientras tanto, el pueblo estaba afuera esperando a Zacarías y a todos les extrañaba que se tardara tanto en salir del santuario.


Cuando cumplió con los días que debía servir, regresó a su casa.


Entonces le preguntaron por señas a su padre cómo quería que se llamara el niño.


Simón Pedro le hizo señas a ese discípulo para que le preguntara de quién hablaba.


Pero él, después de hacerles señas para que se callaran, les relató cómo el Señor lo había libertado de la cárcel. ―Mándenle a decir a Jacobo y a los hermanos lo que ha ocurrido —les dijo—, y se fue a otro lugar.


Entre la multitud se encontraba Alejandro y lo arrastraron al frente. Alejandro pidió que guardaran silencio e intentó hablarles.


El comandante accedió. Pablo, erguido en las gradas, pidió silencio con las manos. Pronto un profundo silencio envolvió a la multitud, y Pablo se dirigió a ellos en arameo.