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Joel 1:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Anuncien un ayuno general; llamen a todo el pueblo a una reunión. Reúnan a los jefes y a todo el pueblo dentro del templo del Señor su Dios, para que le pidan ayuda al Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Proclamen un tiempo de ayuno; convoquen al pueblo a una reunión solemne. Reúnan a los líderes y a toda la gente del país en el templo del Señor su Dios y allí clamen a él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Proclamen un ayuno y una asamblea santa, congreguen a los ancianos y a toda la gente del campo en la Casa de Yavé, su Dios, y clamen a él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Proclamad un ayuno santo! ¡Convocad a solemne asamblea! ¡Reunid a los ancianos, y a todos los moradores de esta tierra, En la Casa de YHVH° vuestro Dios, y clamad a YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Promulgad un ayuno, convocad una asamblea reunid a los ancianos, a todos los habitantes del país, en la casa de Yahveh, vuestro Dios, y clamad a Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pregonad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.

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Otras versiones



Joel 1:14
15 Referencias Cruzadas  

Envió mensajeros por todo Israel convocando a todos los que adoraban a Baal. Ni uno solo faltó, y llenaron el santuario de Baal, de un extremo a otro.


Todo Judá estaba delante del Señor con sus hijo pequeños y esposas.


Esdras les estuvo leyendo el libro de la Ley durante todos los días de la fiesta, y en el octavo día se celebró el servicio solemne de clausura, como lo requería la ley de Moisés.


«Ve y reúne a todos los judíos de Susa y pídeles que ayunen por mí. Diles que no coman ni beban durante tres días con sus noches. Yo y mis sirvientas haremos lo mismo. Luego, aunque está estrictamente prohibido, me presentaré ante al rey. ¡Si he de morir, que muera!».


Judá llora, los negocios están paralizados, todo el mundo se postra en tierra y hay gran aflicción en Jerusalén.


Esto ocurrió el día de Ayuno que se celebró en diciembre del quinto año del reinado del rey Joacim, hijo de Josías. Y llegó gente de todo Judá para asistir a los servicios del templo aquel día.


¡Escuchen, sabios consejeros de Israel! ¡Escuchen, todos sus habitantes! En toda su vida, sí, en toda su historia, ¿ha sucedido algo semejante a lo que les voy a contar?


En cada uno de los siete días de la fiesta presentarán un sacrificio u ofrenda quemada delante del Señor. El octavo día habrá una nueva asamblea sagrada de todo el pueblo, ocasión en la que se presentará otra ofrenda quemada al Señor. Es una celebración en la que deben estar alegres, y no realizarán en ella ningún trabajo.


Todos deben vestirse con ropas ásperas, de luto, clamar de todo corazón a Dios y dejar su mal comportamiento, la violencia y el robo.


¡Reúnanse, estén atentos, gente desvergonzada!