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Éxodo 15:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Las aguas los cubren. Como piedras se hundieron en el fondo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Los abismos los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Las aguas profundas brotaron con fuerza y los cubrieron; como piedras se hundieron hasta el fondo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Las aguas profundas los han sepultado, hasta el fondo cayeron como piedra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los abismos los cubrirán, Como piedra descendieron A las profundidades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los abismos los cubrieron como piedras cayeron al fondo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los abismos los cubrieron; como piedra descendieron a los profundos.

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Otras versiones



Éxodo 15:5
12 Referencias Cruzadas  

Tú dividiste el mar, para que tu pueblo pudiera pasarlo por tierra seca, y luego destruiste a tus enemigos en las profundidades del mar. ¡Se hundieron como piedras bajo las impetuosas aguas!


Luego el agua volvió, cubrió a sus enemigos; ni uno se salvó.


El agua cubrió el sendero, y a los caballos y sus jinetes. Y todo el ejército del faraón, que perseguía a Israel a través del mar, pereció.


Pero el Señor sopló, y las aguas los cubrieron. Se hundieron como plomo en medio de las aguas.


El terror y la angustia los han vencido. Señor, por miedo a tu gran poder se quedan mudos como una piedra. El pueblo que tú rescataste pasará por en medio de ellos con seguridad.


Nací antes que fueran creados los grandes mares, antes que surgieran los manantiales de abundantes aguas,


Ahora yaces quebrantada bajo el mar; toda tu mercadería y tu tripulación han perecido contigo.


«En medio de mi gran angustia clamé al Señor, y él me respondió. Estando ya muy cerca de morir te pedí ayuda, y tú, Señor, oíste mi súplica.


Una vez más ten compasión de nosotros y borra de tus registros nuestras faltas. ¡Olvídate de nuestras maldades como si hubieran sido echadas para siempre en lo más profundo del mar!


Pero al que haga que uno de mis creyentes humildes pierda la fe, mejor le sería que le ataran una roca al cuello y lo arrojaran al mar.


Entonces un ángel poderoso tomó una peña con forma de piedra de molino y la arrojó en el mar diciendo: «Babilonia, la gran ciudad, será arrojada como yo arrojé esta piedra, y desaparecerá para siempre.