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Éxodo 10:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Levanta tu mano sobre la tierra de Egipto, para hacer que vengan langostas a cubrir la tierra y a comer todo lo que quedó después del granizo».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que el Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que vengan las langostas. Que cubran la tierra y devoren todas las plantas que sobrevivieron la granizada».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yavé, entonces, dijo a Moisés: 'Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que venga la langosta y devore toda la hierba del campo, todo lo que quedó después del granizo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

YHVH dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto con la langosta, para que suba y vaya contra la tierra de Egipto y consuma toda planta de la tierra, todo lo que dejó el granizo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo entonces Yahveh a Moisés: 'Extiende tu mano sobre el país de Egipto para que venga la langosta; que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda la hierba del país, todo lo que dejó el granizo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó.

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Otras versiones



Éxodo 10:12
6 Referencias Cruzadas  

Dio una orden y millares de langostas acudieron, ¡muchísimos saltamontes!


Las langostas cubrían la tierra y no permitían que se viera el sol, de modo que la tierra estaba en tinieblas. Las langostas se comieron toda la vegetación que había escapado del granizo. No quedó nada verde, ni árbol ni planta, en todo Egipto.


El Señor ordenó a Moisés: «Dile a Aarón que dirija su vara hacia las aguas de Egipto, para que todos sus ríos, arroyos, estanques y los depósitos de agua, y aun el agua de las casas, se les convierta en sangre».


pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, porque aún no habían brotado de la tierra.


Del humo brotaron langostas que descendieron sobre la tierra con poder para aguijonear como alacranes.