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Ester 1:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Las bebidas se servían en vasos de oro de diversos diseños, y había gran abundancia de vino real, porque el rey era generoso.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino real, de acuerdo con la generosidad del rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Las bebidas se servían en copas de oro de distintos diseños, y había vino real en abundancia, lo cual reflejaba la generosidad del rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Las bebidas se servían en vasos de oro de diferentes formas y, según la orden del rey, el vino corría a destajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y conforme a la generosidad del rey, daban a beber vino real en abundancia, en copas de oro de distintas clases.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Las bebidas se servían en vasos de oro de formas diversas, y el vino ofrecido por el rey corría en abundancia conforme a la liberalidad regia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino real, conforme a la generosidad del rey.

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Otras versiones



Ester 1:7
6 Referencias Cruzadas  

Todos los vasos del rey Salomón eran de oro macizo, y en el «Bosque del Líbano» toda la vajilla estaba hecha de oro puro (no usaban la plata, porque no se consideraba de mucho valor).


Las tazas y toda la vajilla del rey Salomón eran de oro sólido, como asimismo todo el mobiliario del palacio «Bosque del Líbano». En cuanto a la plata, esta no era de mucha estima en aquellos días.


Los invitados podían beber cuanto quisieran, ya que el rey había ordenado a sus sirvientes servir a cada uno todo el vino que deseara. Sin embargo, ninguno debía ser obligado a tomar más de lo que deseara.


Para celebrar la ocasión, celebró otra gran fiesta para todos sus altos funcionarios y cortesanos, repartió muchos regalos, como es digno de un rey, y rebajó los impuestos en todas las provincias.


Su fama llegó hasta Siria, y le traían todo tipo de enfermos: No había enfermo, endemoniado, loco o paralítico que le trajeran y a quien no sanara.