Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.
Mateo 8:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―Señor, mi siervo está en la casa, tirado en cama, con parálisis, y sufre terriblemente. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Biblia Nueva Traducción Viviente —Señor, mi joven siervo está en cama, paralizado y con terribles dolores. Biblia Católica (Latinoamericana) Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente. La Biblia Textual 3a Edicion Señor, mi siervo yace en la casa paralítico, gravemente atormentado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Señor, mi criado está en casa paralítico, con terribles dolores'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y diciendo: Señor, mi siervo está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. |
Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.
Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ―¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!
Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado que amaba a Dios y era de los que le servían regularmente.
De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando fuertes gritos. Un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos.
Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.
En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.
Amos, denle a sus esclavos lo que es justo y trátenlos con honestidad. Recuerden que ustedes también tienen un Amo en el cielo, que es Cristo.
Los que tienen amos creyentes no deben faltarles al respeto por ser hermanos en la fe. Al contrario, deben servirles todavía mejor, porque sus servicios ayudan a creyentes y hermanos en la fe que son queridos. Esto es lo que debes enseñar y recomendar.
Ya no lo recibas como a un esclavo, sino como algo mejor: como a un hermano querido. Él es muy especial para mí, pero mucho más para ti, como persona y como hermano en el Señor.