―Hará que esos malvados tengan un fin miserable —respondieron—. Además, alquilará el viñedo a otros labradores que le den lo que le corresponde cuando llegue el tiempo de la cosecha.
Mateo 8:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Les digo que muchos vendrán del este y del oeste, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; Biblia Nueva Traducción Viviente Y les digo que muchos gentiles vendrán de todas partes del mundo —del oriente y del occidente— y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en la fiesta del reino del cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, La Biblia Textual 3a Edicion Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se reclinarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Os digo, pues, que muchos vendrán de oriente y de occidente a ponerse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino del cielo. |
―Hará que esos malvados tengan un fin miserable —respondieron—. Además, alquilará el viñedo a otros labradores que le den lo que le corresponde cuando llegue el tiempo de la cosecha.
Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán a mis seguidores de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.
Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: ―Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe.
Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Créanme que el señor se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa, y él mismo se pondrá a servirles.
»Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo enterraron.
Los creyentes judíos que habían llegado con Pedro se quedaron asombrados. Les sorprendía que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los no judíos.
Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!
Allí fortalecían a los discípulos y los animaban a seguir creyendo. Les decían: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios».
Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.
Pero lo cierto es que Dios resucitó a Cristo. Él ha sido el primero de muchos que resucitarán aunque hayan muerto.
¿No saben que los malvados no formarán parte del reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Los que tienen relaciones sexuales prohibidas, los que adoran dioses falsos, los adúlteros y los afeminados no formarán parte del reino de Dios. Tampoco lo harán los que tienen relaciones sexuales con otros hombres,
Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.
En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.
Todo esto prueba que la decisión de Dios es justa. Él decidió considerarlos a ustedes como merecedores de su reino. Y, por ser fieles a ese reino, ustedes están sufriendo.
de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;