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Mateo 4:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Desde entonces Jesús empezó a proclamar este mensaje: 'Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está ahora cerca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos° se ha acercado.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: 'Convertíos; porque el reino de los cielos está cerca'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino del cielo se ha acercado.

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Otras versiones



Mateo 4:17
26 Referencias Cruzadas  

Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


―Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.


No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan.


En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia. Sin embargo, ahora manda que todos, en todas partes, se arrepientan.


Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Pues no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.


Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.


Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.


Por tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sean borrados sus pecados. Así vendrán tiempos de descanso de parte del Señor.


Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.


A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.


Por eso, dejemos a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, y avancemos hacia la madurez. No volvamos a verdades elementales, tales como la necesidad de arrepentirse de cosas que llevan a la muerte eterna, para luego creer en Dios.


Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!


»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.


»También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que atrapa peces de toda clase.


Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.


Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.


Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea. Los que se esfuerzan logran aferrarse a él.


Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.


El que tenga oídos, que oiga».


Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.


Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en los cielos.


Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio. Esta es la lista de sus antepasados: José, Elí,