Cuando el capitán romano y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y dijeron: ―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!
Mateo 27:51 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) En ese momento la cortina del santuario del Templo se partió de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, Biblia Católica (Latinoamericana) En ese mismo instante la cortina del Santuario se rasgó de arriba abajo, en dos partes. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí el velo° del santuario fue rasgado en dos, de arriba abajo, y la tierra fue sacudida, y las rocas fueron partidas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y al momento, el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las rocas se hendieron; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló, y las rocas se partieron: |
Cuando el capitán romano y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y dijeron: ―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!
Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose a la tumba, quitó la piedra y se sentó sobre ella.
pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del Templo se partió por la mitad.
El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: ―¡Verdaderamente este hombre era justo!
Confiamos en esa promesa como si fuera la firme y segura ancla de un barco. Así como el ancla mantiene al barco en un solo lugar, nosotros no abandonaremos nuestra fe. Es una fe que penetra hasta detrás de la cortina del lugar más santo del templo.
En ese mismo instante se produjo un violento terremoto. Por causa de este terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron siete mil personas. Los sobrevivientes, llenos de miedo, dieron gloria al Dios del cielo.
Entonces se abrió el templo de Dios que está en el cielo, y en él se vio el cofre de su pacto. Entonces hubo relámpagos, estruendos, truenos, un terremoto y una fuerte lluvia de granizo.