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Mateo 27:31 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando terminaron de burlarse de él, le quitaron la capa de soldado, le pusieron de nuevo sus ropas y lo llevaron a crucificar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Después de burlarse de Él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa, y lo llevaron para crucificarlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando acabaron las burlas, le quitaron el manto, le pusieron sus propios vestidos y se lo llevaron a crucificarlo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y después que le hubieron escarnecido, le quitaron el manto, y poniéndole sus vestiduras, le llevaron para crucificarle.

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Otras versiones



Mateo 27:31
12 Referencias Cruzadas  

y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará».


Así que le echaron mano, lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.


«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».


Después de burlarse de él, le quitaron el manto púrpura, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.


Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y los soldados se lo llevaron.


Luego dijo al discípulo: ―Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.


Lo sacaron a empujones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.


Por eso también Jesús sufrió fuera de la puerta de la ciudad. Al derramar su sangre en la cruz, nos hizo santos ante Dios.