Después, les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los maltrataron.
Mateo 22:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Luego, mandó a otros siervos y les ordenó: “Digan a los invitados que ya he preparado mi comida. Han matado mis bueyes y mis reses engordadas, y todo está listo. Vengan al banquete de bodas”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Biblia Nueva Traducción Viviente »Entonces envió a otros sirvientes a decirles: “La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!”. Biblia Católica (Latinoamericana) De nuevo envió a otros servidores con orden de decir a los invitados: 'He preparado un banquete, ya hice matar terneras y otros animales gordos y todo está a punto. Vengan, pues, a la fiesta de la boda'. La Biblia Textual 3a Edicion Volvió a enviar a otros siervos, diciendo: Decid a los que han sido invitados: He aquí, he preparado mi banquete,° se han sacrificado° mis novillos y las reses cebadas, y todo está dispuesto: venid a la fiesta de bodas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Volvió a enviar a otros criados con este encargo: 'Decid a los convidados: ya tengo preparado el banquete; he sacrificado mis terneros y reses cebadas, todo está a punto. Venid al banquete'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los invitados: He aquí, mi comida he preparado, mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está preparado; venid a las bodas. |
Después, les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los maltrataron.
Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a su negocio.
Luego dijo a sus siervos: “El banquete de bodas está preparado, pero los que invité no merecían venir.
A la hora del banquete, mandó a su siervo a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo”.
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder. Y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.
Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.
Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. Entonces, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?