Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a los labradores para recibir de estos lo que le correspondía.
Mateo 22:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir! Biblia Católica (Latinoamericana) por lo que mandó a sus servidores a llamar a los invitados a la fiesta. Pero éstos no quisieron venir. La Biblia Textual 3a Edicion Y envió a sus siervos para llamar a los que habían sido invitados a la fiesta de bodas, y no querían venir.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Envió sus criados a llamar a los convidados al banquete, pero éstos no quisieron venir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y envió a sus siervos para que llamasen a los invitados a las bodas; mas no quisieron venir. |
Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a los labradores para recibir de estos lo que le correspondía.
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!
Jesús les contestó: ―¿Acaso pueden estar tristes los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!
Molesto, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera.
Pero, en cuanto a esos enemigos míos que no me querían por rey, tráiganlos acá y mátenlos delante de mí”».
Pero, cuando los judíos vieron a tanta gente, se llenaron de envidia. Entonces comenzaron a maldecir a Pablo y a negar lo que este decía.
En cambio, respecto de Israel, dice: «Todo el día le abrí mis brazos a un pueblo desobediente y rebelde».
Tengan cuidado de no rechazar al Dios que les habla. Recuerden que los que lo rechazaron no escaparon de su castigo en la tierra. Así que mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.
Por eso Dios ha hecho un nuevo pacto con nosotros por medio de Cristo. Pues él ha muerto para liberarnos de los pecados cometidos bajo el primer pacto. Así ha hecho posible que los llamados por Dios reciban la salvación eterna que les había prometido.
El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.