“Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo”.
Mateo 20:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Al atardecer, el dueño del viñedo le ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Biblia Nueva Traducción Viviente »Aquella noche, le dijo al capataz que llamara a los trabajadores y les pagara, comenzando por los últimos que había contratado. Biblia Católica (Latinoamericana) Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros. La Biblia Textual 3a Edicion Llegado el atardecer,° el señor de la viña dice a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal,° comenzando desde los postreros hasta los primeros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al atardecer, dice el señor de la viña a su administrador: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y acabando por los primeros'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando cayó la tarde, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. |
“Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo”.
Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día.
»Después de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.
»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que ellos tengan. Pues el trabajador merece su sueldo. No anden de casa en casa.
Respondió el Señor: ―¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo?
Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas otras que los ayudaban con sus propios recursos.
Pues es necesario que todos nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Allí cada uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.
El líder tiene la responsabilidad de cuidar el trabajo que Dios ha asignado a todos, y por eso debe ser alguien a quien nadie pueda acusar de nada malo. No debe ser orgulloso, ni enojarse con facilidad, ni borracho, ni violento, ni desear ganar dinero con engaños.
De igual manera, Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez. Pero ya no vendrá para morir por el pecado de alguno, sino para traer salvación a quienes esperan su regreso.
Usen bien las muchas capacidades que Dios les ha dado. Por eso, cada uno ponga al servicio de los demás la capacidad que haya recibido.