Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: «Vende un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día; pero no afectes el precio del aceite ni del vino».
Mateo 20:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Acordó darles la paga de un día de trabajo y los envió a su viñedo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Biblia Nueva Traducción Viviente Acordó pagar el salario normal de un día de trabajo y los envió a trabajar. Biblia Católica (Latinoamericana) Se puso de acuerdo con ellos para pagarles una moneda de plata al día, y los envió a su viña. La Biblia Textual 3a Edicion Y puesto de acuerdo con los obreros por un denario al día, los envió a su viña. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Habiendo convenido con ellos a denario la jornada, los envió a su viña. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y habiendo concertado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. |
Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: «Vende un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día; pero no afectes el precio del aceite ni del vino».
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño de la posada. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”.
porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo antes de su nacimiento.
Pero él le contestó a uno de ellos: “Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por esa paga?
»Al salir, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y comenzó a estrangularlo. “¡Págame lo que me debes!”, le exigió.
«La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.
»Así mismo el reino de los cielos se parece a un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viñedo.
Cerca de las nueve de la mañana, salió y vio a otros que estaban desocupados en la plaza.
Pero Jesús, sabiendo que fingían, les respondió: ―¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda romana para verla.
―Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién son esta imagen y esta inscripción? ―Del césar —contestaron.
Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día.