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Mateo 17:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Allí cambió su apariencia en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó a tal punto que la cara le brillaba como el sol y su ropa se volvió tan blanca como la luz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y fue transfigurado° ante ellos,° y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y allí se transfiguró delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y su vestidura se hizo blanca como la luz.

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Otras versiones



Mateo 17:2
17 Referencias Cruzadas  

Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y los llevó aparte, a una montaña alta.


En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús.


Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve.


Su ropa se volvió de un blanco resplandeciente como nadie en el mundo podría blanquearla.


Mientras oraba, su rostro se transformó, y su ropa se volvió blanca y radiante.


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.


»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean la gloria que me diste porque me has amado desde antes de la creación del mundo.


No vivan como vive la gente de este mundo. Al contrario, cambien de manera de pensar y así cambiará su manera de vivir. Entonces podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios y que esta es buena, agradable y perfecta.


Después vi a otro ángel poderoso que bajaba del cielo envuelto en una nube. Un arco iris rodeaba su cabeza; su cara era como el sol, y sus piernas parecían columnas de fuego.


Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.