Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Mateo 11:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Porque vino Juan, que ayunaba y no bebía vino, y ellos dicen: “Tiene un demonio”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Juan no dedicaba el tiempo a comer y beber, y ustedes dicen: “Está poseído por un demonio”. Biblia Católica (Latinoamericana) Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dijeron: La Biblia Textual 3a Edicion Porque vino Juan, que no come ni bebe, y dicen: ¡Demonio tiene! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque llegó Juan, que ni come ni bebe, y dicen: 'Está endemoniado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque vino Juan, que ni comía ni bebía y dicen: Demonio tiene. |
Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
»“Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron. Entonamos un canto fúnebre, y ustedes no lloraron”.
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y comía langostas y miel silvestre.
Pero los fariseos afirmaban: «Este echa fuera a los demonios por medio del príncipe de los demonios».
Los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén decían: «¡Está controlado por Beelzebú! Echa fuera a los demonios por medio del príncipe de los demonios».
porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo antes de su nacimiento.
Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?».
―¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —respondieron los judíos.
―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.
Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. ―¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.
Por eso disciplino mi cuerpo y lo entreno. Pues, si he predicado a otros la buena noticia, no quiero al final ser descalificado por Dios.