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Mateo 10:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Vayan y anúncienles que el reino del cielo está cerca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Id pues, y proclamad diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Id y predicad que el reino de los cielos está cerca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y yendo, predicad, diciendo: El reino del cielo se ha acercado.

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Otras versiones



Mateo 10:7
19 Referencias Cruzadas  

Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, sanen de su enfermedad a los que tienen lepra, echen fuera a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis denlo gratuitamente.


Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en otros pueblos.


¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?». ―El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: ―Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes en el reino de Dios.


»Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino.


»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.


Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Los doce salieron y animaban a la gente a que se arrepintiera.


»Las enseñanzas de la Ley y de los Profetas se proclamaron hasta Juan. Desde entonces se anuncia la buena noticia del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.


Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.


Así que salieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo. Allí predicaban la buena noticia y sanaban a la gente.


―Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve y anuncia el reino de Dios —le respondió Jesús.


Este fue de noche a visitar a Jesús. ―Maestro —le dijo—, sabemos que has venido de parte de Dios. Pues nadie podría hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no estuviera con él.


Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y, arrodillándose delante de él, le rindió homenaje.


Predicaba del reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


Estaban muy disgustados con los apóstoles. Pues ellos enseñaban a la gente y afirmaban que la resurrección se había hecho evidente en Jesús.