No tengan miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Tengan miedo más bien del que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.
Mateo 10:26 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Así que no les tengan miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. Biblia Nueva Traducción Viviente »Así que no tengan miedo de aquellos que los amenazan; pues llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. La Biblia Textual 3a Edicion Así que, no los temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser manifestado, ni oculto, que no haya de saberse.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero no les tengáis miedo; porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, y nada secreto que no llegue a saberse. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, no les temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. |
No tengan miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Tengan miedo más bien del que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.
No hay nada escondido que no esté destinado a descubrirse. No hay nada oculto que no esté destinado a ser revelado públicamente.
En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
No hay nada escondido que no llegue a descubrirse. No hay nada oculto que no llegue a conocerse públicamente.
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder. Y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.
Pedro y Juan eran personas sin estudios ni preparación. Por eso, al ver la valentía con que ellos hablaban, los gobernantes se quedaron asombrados. Reconocieron que habían estado con Jesús.
Pero Pedro y Juan respondieron: ―¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos!
Por lo tanto, no juzguen a nadie antes de tiempo. Esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.
¡Dichosos si sufren por hacer lo que es justo! «No tengan miedo de lo que ellos temen, ni se dejen asustar».