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Mateo 10:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todas las naciones los odiarán a ustedes por ser mis seguidores, pero todo el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y seréis aborrecidos por todos a causa de mi nombre,° pero el que haya perseverado hasta el fin, éste será salvo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que se mantenga firme hasta el final, éste se salvará.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin, este será salvo.

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Otras versiones



Mateo 10:22
30 Referencias Cruzadas  

El que se aferre a su vida la perderá, y el que pierda su vida por mi causa la encontrará.


Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.


»Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán todas las naciones por causa de mi nombre.


»Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y diga contra ustedes toda clase de mentiras.


Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.


Todo el mundo los odiará por causa de mi nombre.


Si se mantienen firmes, se salvarán.


Dichosos serán ustedes cuando los odien, cuando los echen de su lado, los insulten y los desprecien por causa del Hijo del hombre.


Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen. Y, como no dejan de creer en ella, producen una buena cosecha.


Yo les he entregado tu palabra. Y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.


El mundo no tiene motivos para odiarlos a ustedes. Pero a mí me odia, porque yo le hago saber que sus obras son malas.


Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.


A los que hacen el bien para recibir gloria, honor y vivir para siempre, Dios les dará vida eterna.


Pues a nosotros siempre se nos quiere dar muerte por ser seguidores de Jesús. Pero así también la vida que él ofrece se hace visible en nuestro cuerpo que muere.


No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no nos damos por vencidos, a su debido tiempo Dios nos dará recompensa.


Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.


Pero deseamos que cada uno de ustedes siga mostrando hasta el final ese mismo esfuerzo. Así podrán ver completamente cumplida la promesa en la que han confiado.


Dichoso el que no deja de creer en medio de las dificultades. Porque, al salir victorioso, recibirá la corona de la vida. Este es el premio que Dios ha prometido a quienes lo aman.


Hermanos en la fe, no se extrañen si la gente pecadora del mundo los odia.


No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Debes saber que el diablo meterá en la cárcel a algunos de ustedes. Lo hará para ponerlos a prueba; y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.


El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido. Además, le daré una piedrecita blanca. En ella está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe.


Este es el premio para el que venza y cumpla mi voluntad hasta el fin: le daré autoridad sobre las naciones


Te has mantenido fiel, has sufrido por hablar de mí, y no te has desanimado.


El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida. Este árbol está en el paraíso de Dios.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono. Así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.