Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
Marcos 9:26 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El espíritu, dando un fuerte grito y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él. Este quedó como muerto, tanto que muchos decían: «Ya se murió». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente. Biblia Católica (Latinoamericana) El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. La Biblia Textual 3a Edicion Y después de gritar y convulsionarlo mucho, salió. Y quedó como muerto, de tal modo que los más decían:° Está muerto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y gritando y agitándolo con muchas convulsiones, salió de él. El joven quedó como muerto, tanto que muchos decían: 'Ya murió'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el espíritu, clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. |
Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un grito muy fuerte.
Cada vez que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos, cruje los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no lo lograron.
Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que este cayó al suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos.
Al ver Jesús que se juntaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno. ―Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.
Por eso, ¡alégrense, cielos! ¡Alégrense los que allí viven! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo ha bajado con furia hasta ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo».