Déjenlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.
Marcos 8:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Entonces los dejó, volvió a embarcarse y cruzó al otro lado. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego regresó a la barca y los dejó y cruzó al otro lado del lago. Biblia Católica (Latinoamericana) Y dejándolos, subió a la barca y se fue al otro lado del lago. La Biblia Textual 3a Edicion Y dejándolos, se embarcó° de nuevo y se fue a la ribera opuesta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y volviéndoles la espalda, se embarcó otra vez y se fue a la otra orilla. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue al otro lado. |
Déjenlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.
»No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Él lanzó un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? Les aseguro que no se le dará ninguna señal».
A los discípulos se les había olvidado llevar pan; solo tenían uno en la barca.
Entonces toda la gente de la región de los gerasenos le pidió a Jesús que se fuera de allí, pues tenían mucho miedo. Así que él subió a la barca para irse.
Mientras tengan la luz, crean en ella, para que sean hijos de la luz. Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos.
De nuevo Jesús les dijo: ―Yo me voy, y ustedes me buscarán, pero en su pecado morirán. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.
Pero los judíos se opusieron a Pablo y lo insultaron. Entonces este se sacudió la ropa en señal de protesta y les dijo: «¡Ustedes son ahora responsables de sus acciones! Si Dios los castiga, no es culpa mía. De ahora en adelante les anunciaré el mensaje a los no judíos».
Subimos a bordo de un barco del puerto de Adramitio, que estaba a punto de salir hacia los puertos de la provincia de Asia. Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica, y con él comenzamos el viaje.