La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Marcos 7:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Entonces vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Notaron que algunos de sus discípulos no seguían el ritual judío de lavarse las manos antes de comer.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Esta gente se fijó en que algunos de los discípulos de Jesús tomaban su comida con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado antes.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y viendo que algunos de sus discípulos comían los panes con manos sucias,° es decir, no lavadas°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y al ver que algunos de sus discípulos se ponían a comer con manos impuras, esto es, sin lavárselas -

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando vieron a algunos de sus discípulos comer pan con manos inmundas, es decir, no lavadas, los condenaban.

Ver Capítulo
Otras versiones



Marcos 7:2
12 Referencias Cruzadas  

―¿Por qué tus discípulos no respetan las costumbres de los antepasados? ¡Comen sin lavarse las manos!


Así que los fariseos y los maestros de la Ley le preguntaron a Jesús: ―¿Por qué no siguen tus discípulos las costumbres de los antepasados, en vez de comer con manos impuras?


Pero el fariseo se sorprendió al ver que Jesús no se había lavado las manos antes de comer.


Entonces les habló así: ―Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que no debo rechazar a nadie ni llamarlo impuro.


Contesté: “¡De ninguna manera, Señor! Jamás ha entrado en mi boca algo impuro o prohibido por nuestra Ley”.


Yo, que creo en el Señor Jesús, les digo que estoy plenamente convencido de que no hay alimento impuro en sí mismo. Si algún alimento es impuro, lo es solamente para quien así lo considera.


¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha despreciado al Hijo de Dios? ¿Qué castigo recibirá el que ha rechazado la sangre de Cristo? Pues esa sangre es la del pacto por medio del cual había sido elegido por Dios. Quien así actúa ha insultado al Espíritu de Dios, quien nos ama, aunque no lo merezcamos.


Nunca entrará en ella algo malo, ni entrarán los idólatras ni los mentirosos. Tan solo entrarán aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.