Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Marcos 6:20 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) porque Herodes temía a Juan y lo protegía. Sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy confundido, pero lo escuchaba con gusto. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana. Biblia Nueva Traducción Viviente porque Herodes respetaba a Juan y lo protegía porque sabía que era un hombre bueno y santo. Herodes se inquietaba mucho siempre que hablaba con Juan, pero aun así le gustaba escucharlo. Biblia Católica (Latinoamericana) pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo. La Biblia Textual 3a Edicion porque Herodes, sabiendo que era un varón justo y santo, temía a Juan y lo protegía, y cuando lo oía, se quedaba muy perplejo;° pero con todo, le gustaba oírlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque Herodes sentía respeto por Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y procuraba resguardarlo; cuando lo oía, quedaba muy perplejo, aunque lo escuchaba con gusto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba; y cuando le oía, él hacía muchas cosas, y le oía de buena gana. |
Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Pero, si decimos: “humano”…, tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta».
Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.
Otros son como lo sembrado en suelo lleno de piedras: cuando oyen la palabra, inmediatamente la reciben con alegría.
Juan era una lámpara encendida y brillante, y ustedes quisieron disfrutar de su luz por algún tiempo.
Al oírlo, el capitán de la guardia del Templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron asombrados. Se preguntaban en qué terminaría todo aquello.