Consciente de ello, Jesús les dijo: ―¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.
Marcos 5:35 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Todavía estaba hablando Jesús cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: ―Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras él todavía hablaba con ella, llegaron mensajeros de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijeron: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: 'Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?' La Biblia Textual 3a Edicion Estando Él todavía hablando, llegan de casa° del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿por qué molestas aún al Maestro? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todavía estaba él hablando, cuando llegan unos de casa del jefe de la sinagoga para avisar a éste: 'Tu hija ha muerto. ¿Para qué seguir molestando al maestro?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mientras Él aún hablaba, vinieron unos de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas al Maestro? |
Consciente de ello, Jesús les dijo: ―¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.
Él les respondió que fueran a la ciudad, a la casa de cierto hombre, y le dijeran: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca. Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: ―Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella y vivirá.
Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se arrodilló delante de él. ―Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?
Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se arrojó a sus pies
Todavía estaba hablando Jesús cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: ―Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.
―Señor —le dijo Marta a Jesús—, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Entonces Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
Dicho esto, Marta regresó a la casa. Llamó a su hermana María y le dijo en secreto: ―El Maestro está aquí y te llama.
María llegó adonde estaba Jesús. Al verlo, se arrojó a sus pies y le dijo: ―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
―Quiten la piedra —ordenó Jesús. Marta, la hermana del difunto, respondió: ―Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí.
Les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Y los que la oigan vivirán.