»O, ¿cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Solo entonces podrá robar su casa.
Marcos 3:27 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte y robarle sus bienes a menos que primero lo ate. Solo entonces podrá robar su casa. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa. Biblia Nueva Traducción Viviente Permítanme darles otra ilustración. ¿Quién tiene suficiente poder para entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes? Solo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y después saquear su casa. Biblia Católica (Latinoamericana) La verdad es que nadie puede entrar en la casa del Fuerte y arrebatarle sus cosas si no lo amarra primero; entonces podrá saquear su casa. La Biblia Textual 3a Edicion Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes, a menos que primero ate al fuerte, entonces podrá saquear su casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquearla si primero no logra atarlo; sólo entonces le saqueará la casa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte, y entonces podrá saquear su casa. |
»O, ¿cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Solo entonces podrá robar su casa.
El juicio de este mundo ha llegado ya. Y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.
Muy pronto el Dios de paz derrotará a Satanás y lo dejará bajo el poder de ustedes. Que el amor inmerecido de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.
Dios les quitó sus armas a los espíritus que gobiernan con poder y autoridad. Por medio de Cristo los humilló en público al llevarlos como prisioneros en su desfile de victoria.
Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, Cristo también compartió esa naturaleza humana. Lo hizo para eliminar, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—.
El que vive pecando pertenece al diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir lo que hace el diablo.
Ustedes, queridos hijos en la fe, pertenecen a Dios y han vencido a esos falsos profetas. Y lo han hecho porque el Espíritu que está en ustedes es más poderoso que el enemigo que está en el mundo.