«La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
Marcos 12:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Le quedaba todavía uno, su hijo amado. Por último, lo mandó a él, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Biblia Nueva Traducción Viviente hasta que le quedó solo uno, su hijo, a quien amaba profundamente. Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”. Biblia Católica (Latinoamericana) Todavía le quedaba uno: ése era su hijo muy querido. Lo mandó por último, pensando: 'A mi hijo lo respetarán. La Biblia Textual 3a Edicion Aún tenía uno, un hijo amado, y lo envió de último a ellos, pensando: Respetarán a mi hijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todavía le quedaba alguien: un hijo muy querido. Lo envió, pues, a ellos en último lugar, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por último, teniendo aún un hijo, su amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. |
«La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.
Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».
Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: ―Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios.
Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él».
También se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».
Mandó a otro, y a este lo mataron. Mandó a otros muchos, a unos los golpearon, a otros los mataron.
Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra”.
Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!».
y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».
Entonces salió de la nube una voz que dijo: «Este es mi Hijo, mi elegido. ¡Escúchenlo!».
Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.
A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo único, que es Dios, nos lo ha dado a conocer, pues vive en unión íntima con el Padre.
―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.
Así lo hizo para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.
Además, cuando Dios envió a su Hijo primogénito al mundo, dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios».
Así demostró Dios su amor por nosotros: en que envió a su Hijo único al mundo para que por medio de él tengamos vida eterna.
Te saluda Juan, el líder de la iglesia. Esta carta va dirigida a ti, Gayo, querido hermano en la fe, a quien amo de verdad.