Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos regañaban a quienes los llevaban.
Marcos 10:48 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más: ―¡Hijo de David, ten compasión de mí! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Biblia Católica (Latinoamericana) Muchas personas trataban de hacerlo callar. Pero él gritaba con más fuerza: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!' La Biblia Textual 3a Edicion Y muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba más y más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Muchos lo reprendían para que se callara; pero él gritaba todavía más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y muchos le reprendían para que callara; pero él, mucho más gritaba: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! |
Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos regañaban a quienes los llevaban.
La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!
Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole: ―¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!
Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos regañaban a quienes los llevaban.
Todavía estaba hablando Jesús cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: ―Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?
Los que iban delante lo reprendían para que se callara. Pero él se puso a gritar aún más fuerte: ―¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Oren en todo momento y, guiados por el Espíritu Santo, hagan sus peticiones y ruegos. Manténganse alerta y sin dejar de orar por todos los creyentes.
Cuando vivía aquí en la tierra, Jesús hizo oraciones rogando al que podía salvarlo de la muerte. Lo hizo con fuerte voz y lágrimas. Y fue escuchado porque fue humilde y obediente.