Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pues, ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos». Biblia Católica (Latinoamericana) Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre. La Biblia Textual 3a Edicion porque ni el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por° muchos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues aun el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos. |
Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él. Yo doy mi vida por las ovejas.
Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.
Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.
Ya conocen el gran amor que les tiene nuestro Señor Jesucristo. No lo merecían, pero él, aunque era rico, se hizo pobre para ayudarlos. Lo hizo para que, por medio de su pobreza, ustedes llegaran a ser ricos.
Cristo nos rescató de la maldición de la Ley. Él aceptó que esa maldición cayera sobre él. Pues las Escrituras dicen: «Maldito todo el que es colgado de un madero».
Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Se pagó con la preciosa sangre de Cristo, que se sacrificó en la cruz como si fuera un cordero sin defecto alguno.