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Marcos 10:37 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―Permite que en tu glorioso reino uno de nosotros se siente a tu derecha y el otro, a tu izquierda.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ellos contestaron: —Cuando te sientes en tu trono glorioso, nosotros queremos sentarnos en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Respondieron: 'Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha, y otro a tu izquierda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ellos le contestaron: 'Concédenos que nos sentemos, en tu gloria, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.

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Otras versiones



Marcos 10:37
10 Referencias Cruzadas  

―Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.


―¿Qué quieren que haga por ustedes?


Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.


Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras en medio de esta gente infiel y pecadora. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria?


Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo. Ya desde antes, el Espíritu que estaba en ellos anunció que Cristo sufriría mucho, pero que después tendría gran gloria.