La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Lucas 9:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Si no los reciben bien, al salir de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies. Esto será como una advertencia contra sus habitantes».

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero donde no los quieran recibir, no salgan del pueblo sin antes sacudir el polvo de sus pies: esto será un testimonio contra ellos.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y dondequiera que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos.°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y si algunos no os recibieren, saliendo de aquella ciudad, sacudid aun el polvo de vuestros pies para testimonio contra ellos.

Ver Capítulo
Otras versiones



Lucas 9:5
13 Referencias Cruzadas  

Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los incrédulos.


Y, si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies. Esto será como una advertencia contra ellos».


―El que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí. Y el que me recibe a mí no solo me recibe a mí, sino al que me envió.


»El que los escucha a ustedes me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí rechaza al que me envió».


―No se lo digas a nadie —le ordenó Jesús—. Solo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu sanidad la ofrenda que ordenó Moisés. Eso les servirá de testimonio.


En cualquier casa en que entren, quédense allí hasta que salgan del pueblo.


―El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El que es menos importante entre todos ustedes, ese es el más importante.


Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio.


Pero los judíos se opusieron a Pablo y lo insultaron. Entonces este se sacudió la ropa en señal de protesta y les dijo: «¡Ustedes son ahora responsables de sus acciones! Si Dios los castiga, no es culpa mía. De ahora en adelante les anunciaré el mensaje a los no judíos».