Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
Lucas 9:38 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Y un hombre de entre la gente dijo: ―Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; Biblia Nueva Traducción Viviente Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo. Biblia Católica (Latinoamericana) De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito; Biblia Serafín de Ausejo 1975 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; porque es mi único hijo; |
Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un muerto. Era el único hijo de una mujer viuda. La acompañaba un grupo grande de la población.
Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente.
Resulta que un espíritu toma control de él, y de repente el muchacho se pone a gritar. También lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo ataca, a duras penas lo suelta.
Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su encuentro. Y le suplicó que fuera a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir.